La industria del cava encara con más optimismo la Navidad, que concentra hasta el 50 % de sus ventas anuales, y confía en mejorar resultados respecto a 2012, un año que fue complicado para el consumo en el mercado interior.
Las empresas del sector aguantan bien la crisis, no destruyen empleo y, en muchos casos, creen posible mantener o mejorar su facturación en 2013, gracias en buena parte al empuje de las exportaciones.
En el caso de la industria catalana -que aglutina la mayoría de la producción nacional de cava y se concentra en los municipios del Penedés catalán, con Sant Sadurní d’Anoia como “capital” del cava- reconoce estar más preocupada por la evolución del consumo que por un posible boicot a productos de la Comunidad Autónoma.
Pero, aunque aún perciben incertidumbres, las grandes multinacionales del sector del cava creen que el mercado se mueve.
“Este año lo vemos con un poco más de optimismo”, “el verano ha sido bueno” y “eso nos ha permitido llegar al último trimestre con un poco de adelanto respecto al año pasado”, afirma Pedro Bonet desde Freixenet, multinacional que vende 125 millones de botellas de vinos al año, 30 millones de ellos en España.
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