España fue el país de la Unión Europea (UE) con un mayor consumo de pescado fresco en los hogares en 2015, con 686.097 toneladas y 4.951,1 millones de euros, según un informe del Observatorio del Mercado de la Pesca de la Comisión Europea (CE)
El consumo de pescado fresco ascendió a 1.809.903 toneladas y 16.146,7 millones de euros en 2015 en toda la UE, según el estudio, que en estas cifras no incluye el congelado o las conservas.
Según la CE, la compra de pescado fresco en España se mantuvo estable en valor en 2015 y cayó un 3 % en volumen en comparación con el año anterior.
El informe también sitúa a España en el primer puesto en el consumo “a través del comercio minorista de productos pesqueros”, con un volumen de 929.000 toneladas, aunque en este punto no precisa el importe.
Al hablar de productos pesqueros en general, sitúa a España en segundo lugar en consumo per cápita en el hogar (219 euros anuales), superado por Portugal (311 euros).
No obstante, apunta que el gasto de los hogares españoles en carne es el doble que su presupuesto para productos pesqueros.
Dentro de los productos frescos, la merluza fue la especie más consumida en España (con un gasto por valor de 779 millones de euros), que además lidera el comercio de ese pescado.
En el conjunto de la UE, el salmón, el bacalao, la merluza y la caballa fueron las especies con mayor valor comercial y supusieron el 33 % del consumo comunitario total de pescado fresco.
España ocupa el segundo lugar en la adquisición de salmón (502 millones de euros) y en el gasto en caballa (75 millones), cifras que solo supera el Reino Unido, en ambos casos.
En bacalao, España figura en tercer lugar (502 millones de euros), por detrás del Reino Unido y de Francia.
El estudio señala que el gasto doméstico en productos de la pesca y de la acuicultura se incrementó en la UE entre 2010 y 2015 y que durante ese período fueron Italia, Francia y España los países que mantuvieron sus hábitos tradicionales, al analizar la adquisición de estos alimentos.
Por otra parte, en 2015 la UE redujo la exportación de productos de la pesca y de la acuicultura en volumen (-11 %) pero aumentó en valor, hasta 4.500 millones de euros (+3 %), el mayor importe “jamás registrado”, impulsado por las ventas exteriores de atún rojo desde España y de harina de pescado desde Dinamarca.