Ibersol, sociedad portuguesa que adquirió el grupo español de restauración Eat Out Group en 2016, decidió despedir al consejero delegado de ésta, Sergio Rivas, y a su mano derecha, Fernando de la Cruz, al detectar “irregularidades” en su gestión en una auditoría nada más cerrar la operación.
Así se desprende de una resolución judicial a la que ha tenido acceso Efeagro, y que apunta que existieron dos tipos de irregularidades: fallos contables en las cuentas de 2015 y 2016 que rebajarían el Ebitda real en 2,8 y 3 millones de euros en cada ejercicio y la “simulación” de un contrato con la pareja sentimental de Rivas para permitir que renovara su permiso de residencia.
En la sentencia, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) confirma la procedencia del despido y desestima los recursos presentados por ambos directivos.
Ibersol adquirió la compañía Eat Out Group (que opera las marcas Pans & Company, Ribs, FrescCo y Santamaría) a Agrolimen, firma de la familia Carulla y que se desprendía de esta forma de su división de restauración.
La operación fue anunciada en verano de 2016, se cerró oficialmente en noviembre -tras el visto bueno de Competencia- y a finales de abril de 2017 se comunicó los despidos “por causas disciplinarias” tanto al consejero delegado, Sergio Rivas, como al director de Finanzas y Recursos Humanos, Fernando de la Cruz.
“Manipulación contable” para cobrar bonus
Según figura en la resolución judicial, Ibersol adoptó la decisión como consecuencia de una auditoría interna que concluyó que existió “manipulación contable” para “simular unos resultados del ejercicio” que recogieran “valores contables claramente superiores a los reales”.
Con ello, Rivas “también buscaría su beneficio personal, ya que como resultado de esta manipulación tendría derecho a la retribución variable vinculada en su contrato a la cifra de Ebitda del grupo”, denunciaron desde Ibersol.
La empresa portuguesa, de hecho, consideró que existía “una inequívoca intención de vestir las cuentas para que la cifra de Ebitda fuera la más alta posible”.

“Se están revisando los estados contables del grupo, ya que todo parece indicar que además de las manipulaciones ya indicadas también podríamos estar en presencia de una manipulación de sus activos“, reza el documento.
De acuerdo con el auditor, las cuentas de 2015 y 2016 de Eat Out contenían incorrecciones a la hora de “capitalizar activos fijos, activos circulantes, gastos por provisiones y gastos por deterioro de activos”.
Sobre este asunto, Rivas argumentó en un correo electrónico recogido en la sentencia que él no tenía “responsabilidad sobre los temas y asuntos financieros de la compañía, ya que éstos siempre han sido coordinados desde Agrolimen”, e incidía en que sus funciones estaban centradas únicamente en el negocio.
El director financiero, por su parte, atribuyó en otro correo incluido en la resolución estas divergencias contables a “una diferencia de criterio y no una actuación intencionada para modificar el resultado“, ya que las cuentas estaban “preparadas de acuerdo a los principios y procesos que se venían aplicando con Agrolimen hasta la compra por Ibersol”.
Contratación de la pareja del CEO
La segunda irregularidad detectada por Ibersol fue la contratación de la pareja sentimental del consejero delegado, a quien se dio de alta en septiembre de 2016 con el objetivo de que pudiera renovar su permiso de residencia.
“Realizadas las oportunas comprobaciones se constata que nunca ha prestado servicios efectivos para la empresa, siendo desconocida en su supuesto centro de trabajo (…) La simulación de una contratación laboral sólo podría perseguir fines fraudulentos, con los consiguientes riesgo que podría conllevar para la compañía”, se lee en la denuncia.
Ante estas acusaciones, Rivas –actualmente consejero delegado de otra compañía del sector, Beer&Food– aseguró que la contratación de su pareja “estaba pactada con Agrolimen” desde su incorporación a Eat Out en 2015 y recordó que él asumió “todos los gastos” en los que se incurrió, de acuerdo con este mismo documento.
Concretamente, la propia Ibersol confirmó el pago de las nóminas de al menos seis meses a la pareja de Rivas, quien posteriormente devolvió el importe de su salario “más el coste de seguridad social” a través de varias transferencias bancarias.
Consultados por Efeagro, tanto la compañía Ibersol como Sergio Rivas declinaron hacer comentarios.