Museo Adolfo Suárez y la Transición. Foto: EFE/RAÚL SANCHIDRIÁN

Museo Adolfo Suárez y la Transición. Foto: EFE/RAÚL SANCHIDRIÁN

HISTORIA

La ruta de la Transición

Publicado por: LUCÍA R. SIMÓN 23 de marzo de 2014

Con la muerte del ex presidente del Gobierno que capitaneó la Transición, Adolfo Suárez, la mirada de los medios de comunicación, Internet y las redes sociales ha vuelto a la España de cuarenta años atrás. Los nostálgicos que vivieron aquella época o los curiosos que desean conocerla, pueden acudir a algunos de los escenarios de aquel tiempo que cambió para siempre la vida de los españoles.

Si hay un rincón en España en el que este fallecimiento se ha sentido sobremanera es Cebreros (Ávila), la localidad donde nació el ex presidente y donde se ubica el Museo Adolfo Suárez y la Transición.

Detalle de la parte trasera de un sillón original del Congreso de los Diputados de 1978, que puede verse en el Museo 'Adolfo Suárez y la Transición'. Foto: EFE/Raúl Sanchidrián
Detalle de la parte trasera de un sillón original del Congreso de los Diputados de 1978. Foto: EFE/Raúl Sanchidrián

Se ha construido en el lugar que ocupaba la conocida como Iglesia Vieja de la localidad, la antigua parroquia de Santiago, de la que se conserva la torre, arquerías y muros. En este centro se ubica una exposición permanente con cinco bloques, cuatro de ellos concebidos como un viaje en el el tiempo en los que se repasan periodos históricos concretos y un quinto en el que se analiza su vida, bajo el título “Suárez: el hombre”.  El objetivo es ilustrar la intensidad de aquellos tiempos, así como los cambios sociales, culturales y políticos que conllevó. En estos momentos, el museo abre de lunes a domingo, con un precio de tres euros. El municipio, de unos 1.600 habitantes, cuenta con otros atractivos como sus bodegas,  el puente y la ermita de Valsordo, la iglesia de Santiago Apóstol y otros monumentos y restos históricos que se encuentran en el casco urbano y en los alrededores de la villa. Además, muy cerca pasa la Cañada de la Mesta Oriental Leonesa, por los puentes de Santa Justa y Valsordo. Parte de este recorrido ha sido incluido en alguno de los ocho senderos de la red que ha sido señalizada por los alrededores de la población, lo que la convierte en una localización interesante para hacer senderismo. Pero sin duda el epicentro del cambio político ocurrió en el Congreso de los Diputados. Allí se reunieron las Cortes Constituyentes y se promulgó la Constitución de 1978, con la que España recuperó la democracia. Allí también se vivió uno de los acontecimientos más difíciles de este época, el golpe de Estado del 23-F. Las huellas de los disparos que hizo Tejero después de su famoso “se sienten” aún se pueden apreciar en el Hemiciclo. Algunas de ellas desparecieron con la última remodelación de la Cámara, en la que sin embargo se han hallado otras que no se conocían.  Visitar el lugar donde reside la soberanía popular, tan reconocido en televisión, resulta siempre interesante. Este edificio, en pleno centro de Madrid, se puede visitar, de manera individual, los sábados por la mañana, excepto en el mes de agosto, en jornadas concretas por actos institucionales y en los días festivos. No hay que hacer reservas, sino acercarse a la carrera de San Jerónimo a partir de las 10.30 horas. Para entrar en grupo sí hay que pedir reserva al departamento de Protocolo de la Cámara. En este caso, las visitas se hacen en horario normal de la cámara.

La movida madrileña

Aquellos años de la Transición eran tiempos convulsos, de gran agitación social y una eclosión cultural propias de un país que había permanecido aislado durante décadas de régimen franquista. Junto a los cambios políticos, la cultura española experimentó una evolución sin parangón en aquella época y, en los ochenta, se vivió el fenómeno conocido como La Movida.

Todavía permanecen abiertos algunos “garitos” referentes de la Movida, la eclosión cultural que acompañó a la Transición 

La música, el teatro o el cine se vistieron de irreverencia y descaro, dejando atrás los clichés encorsetados de décadas de dictadura. Muchos de los pubs o “garitos” que fueron referente como “Rock Ola” o “la Mandrágora”, donde se grabaron obras que han pasado a la historia como el álbum de Javier Krahe, Joaquín Sabina o Alberto Pérez, ya no existen como tal. No obstante, para los nostálgicos aún hay sitios que permanecen abiertos desde entonces como El Penta, en la calle la Palma y para siempre inmortalizada en la canción de La chica de ayer de Antonio Vega. En la calle Velarde, se puede entrar en la Vía Láctea, otro de los sitios por los que pululaba los “modernos”.  Otras de las zonas que siguen abiertas y ya apuntaban maneras son la sala Clamores y la Sala Galileo. Para quienes quieran ir de viaje sin salir de casa, pueden recuperar los títulos míticos de Pedro Almodóvar de la época, e incluso aquella Opera Prima, de Fernando Trueba, que transitaban por el Madrid más canalla de la Transición.

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