El lobo se convertirá en recurso turístico de La Garganta, una pequeña localidad del Valle del Ambroz (Cáceres) de 640 habitantes, gracias a la construcción de un centro de recepción de visitantes dedicado a esta especie y a la trampa milenaria para su caza que se conserva en esta población.
El consejero de Fomento, Vivienda, Ordenación del Territorio y Turismo de Extremadura, Víctor del Moral, y el alcalde de la localidad, Juan González, suscribieron un convenio para la construcción de un centro turístico, que se levantará en la antigua Casa del Cura de La Garganta. El inmueble, que ha sido adquirido por el ayuntamiento a su anterior propietario, el Obispado de Plasencia, se reformará con una subvención de 250.000 euros que aporta la Consejería de Fomento.
Para atraer a los turistas
El edificio, situado en el centro del pueblo y que actualmente se encuentra en ruinas, consta de dos plantas, baja y primera, que se rehabilitarán en su integridad respetando todos sus elementos.
En la planta baja, que tiene acceso a la calle, se situará la zona de recepción del visitante, donde se dará la información del centro y los atractivos turísticos a visitar. También desde esa planta baja se tendrá acceso a la zona museística y al distribuidor de acceso a la primera planta, que se quiere dotar de un espacio amplio que sirva como sala polivalente para exposiciones temporales, sala de reuniones y conferencias, etc.

Trampa milenaria
El nuevo centro de La Garganta toma su nombre de una construcción que existe en la población que se conoce como “El corral de los lobos”, una trampa milenaria para cazar a los lobos que atacaban al ganado de los pastos cercanos, según informó el Gobierno regional en un comunicado.
Actualmente se trata de un lugar en desuso y es un vestigio de un pasado lejano “pero que tiene interés histórico y patrimonial“. Un recinto cerrado de una superficie aproximada de 250 metros cuadrados, construido a la manera vetona, en piedra tosca.
Sobre el nivel del suelo, el muro levantaba poca altura para facilitar el acceso del lobo a su interior, donde la profundidad media rondaba los dos metros y medio. Debido a la estructura, con una ligera caída del muro y la colocación de unas losas, una vez que el animal caía dentro tenía difícil escapar y recuperar la libertad.
Como cebo se dejaba una oveja viva en su interior, que aseguran que casi siempre sobrevivía porque el lobo dedicaba todos sus esfuerzos a intentar escapar.
El corral de los lobos de La Garganta llevaba muchos años enterrado y se recuperó en el año 2012 tras unos trabajos de excavación. En el nuevo centro de recepción se expondrá la historia de esta antigua trampa, pero también se ofrecerán otros atractivos que tiene la población, un típico pueblo de montaña situado por encima de los 1.000 metros de altitud, muy cercano al límite con la provincia de Salamanca, cuya actividad principal es la ganadería.