Durante los meses de verano podrás encontrar, en todo el territorio nacional, multitud de excursiones de montaña donde entrar en contacto con el mundo animal con propuestas como el avistamiento del lobo ibérico, la observación de hermosas aves en peligro extinción o la posibilidad de contemplar de cerca los osos pardos cantábricos. Conocerás, de primera mano, lo más característico de estas especies mientras te deleitas con espectaculares vistas y un intenso olor a naturaleza. ¿Te animas?
Si eres amante de la naturaleza y de los distintos animales que habitan en ella, no te pierdas esta atractiva oferta turística que te llevará a observar la fauna y la flora en su máximo esplendor. Una oportunidad de deleitarte con un entretenido día al aire libre mientras conoces más sobre el mundo animal. Te presentamos algunas propuestas:
Avistamiento de osos (Asturias)
Asturias permite disfrutar de un entorno natural a la vez que descubres los distintos animales que lo habitan. Entre las múltiples alternativas que esconde, podrás saber más sobre el oso pardo gracias a organizaciones como Geoface que organiza experiencias guiadas en esta localidad.
Geoface traslada a sus clientes desde sus alojamientos hasta las zonas oseras en pequeños grupos -7 personas máximo- donde seleccionan los puntos de avistamiento para observar a los animales a simple vista o con prismáticos y otro instrumental óptico de primera calidad. Además, tal y como señala a Efetur el coordinador de la organización, Javier Pedrosa, “la experiencia se acompaña de una interpretación del medio natural y del paisaje así como de los espacios protegidos visitados”. Durante la visita se observan también otros representantes de la fauna asturiana como venados, jabalíes, rebecos y lobos.

Pedrosa apunta que esta actividad se desarrolla “en la alta y media montaña asturiana y en ecosistemas determinados por la presencia de frondosas y matorral”. También -nos dice- en sectores de topografía abrupta de la vertiente septentrional de la Cordillera Cantábrica y, fundamentalmente, en la zona suroccidental de la Comunidad Autónoma.
La población actual de oso pardo cantábrico -Ursus arctos- en la Cordillera Cantábrica asciende a “más de 200 ejemplares” por lo que es relativamente fácil avistar este animal durante la excursión. Esto se debe, entre otras cosas, a que el contexto demográfico que se vive desde hace algunas décadas en las áreas de montaña, “con núcleos rurales en constante pérdida de población, permite una más fácil expansión de especies salvajes como el oso pardo cantábrico”, subraya Pedrosa.
“Entrar en contacto con la naturaleza se convierte en toda una experiencia sensorial”
Los osos pueden verse casi todo el año aunque el otoño y la primavera “son probablemente los mejores periodos para verlos. No obstante, se trata de fauna salvaje y, por tanto, “su comportamiento es impredecible”.
Son muchas las anécdotas que surgen en estas excursiones -nos dice Pedrosa- aunque hay una de la que se acuerda especialmente. En una ocasión -prosigue- acudió a la excursión una familia con un niño invidente, “aquel niño localizaba los animales antes que el resto del grupo”. Resulta impresionante cómo “entrar en contacto con la naturaleza se convierte en toda una experiencia sensorial”, concluye.
Avistamiento de Quebrantahuesos (Huesca)
Huesca esconde entre sus valles una hermosa ave en peligro de extinción: el quebrantahuesos. Podrás observar este animal en su hábitat natural si te desplazas al entorno del Parque Nacional de Ordesa -en concreto en el valle del río Yaga y junto al centro formativo Estación Biológica Monte Perdido de Revilla (Huesca)-.
La Fundación para la conservación del Quebrantahuesos pone a tu disposición una original oferta de ocio para disfrutar de una excursión mientras se avista esta especie animal. El secretario de la Fundación, Óscar Díez, señala a Efetur que, durante la visita, “se trata de exponer la biología de la especie, características, planes y estado de conservación, así como el trabajo desarrollado por la propia Fundación”.
Díez apunta además que se trata de un paseo de 4 kilómetros -ida y vuelta-, “de poco desnivel y muy atractivo por ir por una “faja colgada” entre riscos”. Además, el paseo termina en un mirador que te permite ver todo el valle y observar a los quebratahuesos con prismáticos y telescopios.

En los alrededores del Valle hay “4 unidades reproductoras, pero el número de aves jóvenes y pre-adultas puede superar los 25-30 ejemplares”.
Esta fundación trabaja para la conservación de este espacio con iniciativas como “la aplicación de planes de recuperación para corregir tendidos eléctricos peligrosos, aportar comida en los meses críticos invernales, vigilar y señalizar áreas de nidificación y también identificar los tóxicos y venenos que pueden provocar mortalidad directa sobre la especie”, destaca Díez.
“Cada vez son más las personas necesitadas de experiencias de aproximación a la naturaleza”
Esta actividad cuenta con una gran demanda por parte de los viajeros y “cada vez son más las personas necesitadas de experiencias auténticas y de aproximación a la naturaleza”. “La demanda de este tipo de actividades de Ecoturismo es creciente”, puntualiza.
Diaz señala que hay todo tipo de interesados en esta iniciativa, “desde ornitólogos especializados nacionales y extranjeros hasta familias con niños deseosos de pasar las vacaciones de forma educativa”. “Las montañas no sólo son deporte y aventura, tienen vida y una vida propia que contribuye a la seducción ambiental de quien se adentra en ella” concluye.
Díaz subraya que los mejores meses para ver los quebrantahuesos son julio y agosto “por la existencia de corrientes térmicas y la cantidad de horas que pasan en vuelo” así que aún estás a tiempo de pasar un día en compañía del quebrantahuesos.
Avistamiento de lobos (León)
Otra de las opciones que alberga el panorama nacional es pasar un día entre los lobos que habitan en las montañas de Riaño -al noreste de la provincia de León- gracias a la agencia de turismo WildWatching Spain. El director de la agencia, Luis Frechilla, señala a Efetur que la observación de este animal se realiza “a primera hora de la mañana y última de la tarde”. Aún de noche -nos cuenta- el grupo se dirige hacia un punto de observación que “acostumbra a ser un punto alejado de cualquier cresta en mitad de una ladera cubierta de escobas y piornos” donde esperan avistar el animal.

Frechilla subraya que “cuando alguien detecta al lobo, un murmullo de excitación sacude al grupo” y provoca “uno de los momentos más intensos y emocionantes que se pueden vivir en nuestros montes”. La observación -continúa- finaliza habitualmente con la mañana a medio discurrir, cuando la gran fauna se retira a una zona de refugio para sestear durante el resto del día.
En el Parque Regional de los Picos de Europa se estima la presencia de 16 grupos reproductores -cada uno de los cuales puede tener entre 4 y 6 miembros-, no obstante, hay que tener en cuenta que la población aumenta considerablemente en la época reproductora pero sufre una fuerte mortalidad durante el invierno, “tanto por causas naturales como por efecto humano”. En este sentido, señala que, en la temporada de caza de 2014, “se abatieron solo en la montaña de Riaño unos 50 lobos, la mitad de ellos de forma ilegal”.
Esta actividad despierta tal interés que, tal y como señala Frechilla, “el público se cuenta en miles de personas sólo en nuestro país, y el número aumenta en los países de nuestro entorno”. El perfil del observador “es muy variopinto” aunque, en general, son amantes del campo y de los animales, señala.
En este tipo de excursiones “suele haber cuatro o cinco días especialmente memorables cada temporada”. En esta línea recuerda que, en una ocasión, tuvieron un cliente ruso -el primero con esa procedencia, nos dice- que contrató una semana para realizar fotografias de calidad a los lobos a Riaño, sabiendo que la distancia media de observación puede estar por encima de los 300 m. Este excursionista tuvo la suerte de cruzarse -el primer día- a un lobo a 50 metros de distancia “y mirarle a los ojos en mitad de una campera”. ” ¡Consiguió fotos que no se imaginaba en la primera mañana!”, afirma Frechilla.
Si te resulta interesante esta actividad, pruébala ahora que -en la montaña de Riaño- existe un periodo de observación muy favorable desde finales de julio hasta finales de septiembre.