La fabada, el cachopo, los oricios, la sidra, el arroz con leche, el Cabrales y decenas de variedades de queso más son estandartes ampliamente reconocidos en el resto del país de la cocina asturiana, y por ende, de su capital, Oviedo, que este jueves ha sido distinguida como Capital Española de la Gastronomía 2024, un título que se disputaba con Alicante, Castellón y Antequera.
Buena cuenta de esas bondades gastronómicas y de la excelencia culinaria de Oviedo por la variedad y calidad de sus productos puede apreciarse en los ‘chigres’, sidrerías y restaurantes que se suceden a lo largo de la calle Gascona, el conocido “Bulevar de la sidra”, punto obligatorio de destino de viajeros y turistas, y de encuentro de ovetenses.
Pero no solo, ahí. Entre calles empedradas, callejuelas y plazas que salpican el corazón de la vieja “Vetusta” se suceden decenas los establecimientos en los que la fabada y su compango a base de chorizo, morcilla y lacón siguen siendo su reclamo principal, estrella de la cocina asturiana cuyo reinado se ve amenazado en los últimos años por el peso creciente del cachopo.
Caracterizados por su gran tamaño, el cachopo tradicional consiste en dos filetes de ternera rellenos de queso y jamón que son posteriormente rebozados y fritos, aunque hay decenas de variedades más en los que el relleno puede ser sustituido por cualquier variedad de queso, cecina, manzana, foie, setas o champiñones.
El mejor de todos se come en Oviedo, en “La puerta de Cimadevilla”, en pleno corazón de la ciudad, un establecimiento que en sus pocos meses de vida consiguió alzarse este año con el primer premio al mejor cachopo de todo el país.
Pero no todo es fabada, pote, carnes a la parrilla, porque aunque Oviedo no cuente con ningún establecimiento reconocido con las estrellas Michelín -hay nueve en todo el Principado-, sí que la tuvo “Casa Fermín” (dos soles Repsol), donde hace unos días se pudo ver disfrutar de su propuesta gastronómica a Antonio Banderas junto a Meryl Streep, reconocida con el Premio Princesa de Asturias de las Artes.
Ca’Suso (un sol Repsol) también se incluye entre las recomendaciones de la guía Michelín, al igual que “Mestura”, que regenta Javier Loya; “Gloria”, donde pone su arte uno de los chef más reconocidos de Asturias, Nacho Manzano y su hermana Esther; o “Cocina Cabal”, donde pueden degustarse platos clásicos con toques actuales y que el pasado año se hizo merecedor del premio a la Mejor Fabada del Mundo.
Fuera del casco, la zona alta acoge el que ha sido bautizado como el “Distrito Gourmet” de la ciudad, donde se concentran también algunos de los fogones de mayor nivel de Oviedo, de nueva cocina o cocina internacional, pero las “Ruta de los Vinos” también ofrece la oportunidad de cenar de tapeo.
Menús del Desarme, el Antroxu o la Ascensión
La apuesta de Oviedo por el turismo gastronómico se ha reflejado también en el impulso que en los últimos años ha dado a los menús del Desarme, el Antroxu (carnaval) de la Feria de la Ascensión, y el menos conocido del Indiano, que si algo tienen en común es que movilizan a miles de comensales para dar cuenta de unos platos que no son precisamente bajos en calorías.
El más conocido dentro y fuera de Asturias es el del Desarme, una oferta gastronómica a base de garbanzos con bacalao y espinacas, callos y arroz con leche, cuyo origen se vincula a las guerras carlistas, hace dos siglos, y que se celebra a mediados de octubre junto a los “Bocados del Desarme”, que reduce a pequeñas recreaciones en forma de tapas y cazuelas la esencia del menú.
Con distintas versiones, se cuenta que las tropas que intentaban invadir Oviedo se quedaron dormidas después comer este menú y fueron desarmados por las tropas locales.

Declarada de interés turístico regional, y con pretensión de llegar a ser de interés nacional, esta fiesta gastronómica cuenta cada año con la participación de unos setenta establecimientos de la ciudad que llegan a ofrecer más de 40.000 de estos menús.
Muy querida y celebrada es también la Feria de la Ascensión de la capital asturiana, que cuenta con un menú propio a base de carne gobernada al estilo Oviedo y tarta de cerezas, y creciente es el interés que despiertan los “Bocados del Cofrade”, una apuesta local por promocionar los pinchos y las tapas durante la Semana Santa.
También gana adeptos año tras años el Menú del Antroxu, nombre que se da en Asturias al Carnaval y que, antes de iniciar la cuaresma, permite llenar los estómagos con el tradicional pote asturiano, a base de berza, fabes, chorizo, patatas, morcilla y lacón, pero que también puede incluir morro y costillas, y torrijas o frixuelos de postre.
Recientemente, y con el afán de poner en valor una gastronomía apreciada por sus visitantes, se ha impulsado también el Menú del Indiano, que durante las fiestas de San Mateo, en septiembre, ofrece fabes con pantruque, albóngidas de ternera y gochu asturcelta, y de postre, tarta de manzana.
Y para acompañar una copiosa comida, qué mejor que una sidra bien escanciada, bebida tradicional que posiblemente tenga su origen durante la época de los romanos y que ahora aspira a ser Patrimonio Mundial de la Humanidad, que no puede faltar tampoco en ninguna “espicha”, celebración tradicional asturiana.
Toda una oferta que desde el Ayuntamiento de Oviedo creen que puede verse potenciada con el reconocimiento de Capital Gastronómicas durante 2024 y con la llegada del AVE a Asturias, que iniciará sus viajes comerciales el 30 de noviembre.