Palillos comestibles, aperitivos con un 50 % menos de grasa o un refresco probiótico que mezcla kéfir y guayusa son sólo algunos de los proyectos que compiten este año por alzarse con el título al producto alimentario más innovador.
Hasta un total de siete iniciativas procedentes todas ellas de diferentes universidades han llegado a la final de la décima edición de los Premios Ecotrophelia España, que se celebra mañana en la sede de la Fundación Alicia, en el municipio barcelonés de Sant Fruitós de Bages.
Organizado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), el certamen busca a “las futuras jóvenes promesas” de este sector, y el equipo ganador será el encargado de representar al país en esta misma competición pero a nivel europeo.
Los Premios Ecotrophelia están dirigidos a estudiantes de grado y los proyectos deben ser innovadores, pero a la vez también tienen que responder a un criterio medioambiental.
Ideas originales
Desde la Universidad de Barcelona proponen unos palillos crujientes comestibles elaborados con harina de maíz; desde la de Valladolid apuestan por un producto lácteo novedoso por ser horneado sin fermentación; y desde la Miguel Hernández de Elche participan con un “snack” a base de boniato con menos grasa de la habitual.

Un refresco probiótico que incluye un ingrediente “energizante” (Politécnica de Valencia), un postre compuesto por dos productos elaborados a partir del garbanzo (Autónoma de Barcelona), unas bolsitas biodegradables de bebida a base de café (Universidad Pública de Navarra) y unos mini panecillos que llevan incorporado en su receta jamón serrano (Burgos) completan la lista de finalistas.
El director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo, ha destacado en un comunicado que el objetivo de Ecotrophelia es distinguir a participantes que puedan llegar a colocar sus productos en el mercado.
“También es una plataforma para atraer al mejor talento. Muchos de los estudiantes que han pasado por el concurso han contado con el asesoramiento de profesionales del sector que se han interesado por sus ideas, e incluso las propias empresas acaban reclamando a estos estudiantes para integrarles dentro de sus filas”, ha subrayado García de Quevedo.