Trece manifestaciones de Semana Santa de Interés Turístico Nacional e Internacional de los pueblos con más tradición miran a estas horas al cielo para saber si, finalmente, la lluvia permitirá exhibir las procesiones de los días grandes de la Semana Santa que les han hecho merecedoras de este reconocimiento.
La Semana Santa en la España rural se vive con recogimiento y el fervor marcado por la historia y el respeto a las tradiciones que retumban al paso de los tambores; con la admiración a las imágenes con siglos de historia y con el olor de las flores que anuncian la primavera.
El rural se engalana de Semana Santa
Andalucía acoge varias Semana Santa de Interés Turístico Nacional en algunas de las capitales de provincia, pero hay localidades que han hecho de esta tradición uno de sus exponentes turísticos y culturales.
En la Subbética cordobesa, Cabra celebra Semana Santa ambientada en el siglo XV; en la misma provincia, Baena y sus tambores, retumban presumidos con el reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (Unesco); al paso de las hermandades les acompañan los peculiares "coliblancos" y "colinegros".
Algo más sur, en Riogordo (Málaga) espera la representación teatral de "El Paso", con la participación de 500 actores aficionados frente a un público de unas 6.000 personas.
En Aragón, Barbastro (Huesca) cuenta con una Semana Santa de Interés Turístico Nacional; once procesiones y siete hermandades componen la curiosa mezcla de sonidos, del silencio de los cofrades con el estruendo de los bombos y tambores; esta tradición hunde sus raíces en el siglo XIII.
En Castilla-La Mancha, la Semana Santa rural con nombre propio se desplaza a Tobarra y Hellín (Albacete) y Ocaña (Toledo).
Tobarra (Albacete) continúa con la hoja de ruta como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad con su tamborrada que se celebra el Domingo de Ramos.
Por su parte, un total de 2.000 cofrades en 10 hermandades y cofradías que datan de los siglos XVI, XVII y XVIII recorren las calles de Ocaña (Toledo) en silencio junto a la imagen del patrón de la localidad: Nuestro Padre Jesús Nazareno.
La sobriedad de la Semana Santa en Castilla y León
Astorga (León) cuenta con una de las cofradías más antiguas, del siglo XV, al que también pertenecen los pasos, y que acompaña su banda de música desde el siglo XIX.
La procesión de la mañana del Viernes Santo en Sahagún (León) tiene prólogo; "La Isa", momento en el que los cofrades levantan en volantas a un forastero desprevenido para tocar con sus pies la puerta de la Iglesia de San Lorenzo dando salida a los pasos de ese día.
La de Medina de Rioseco (Valladolid) es una de las más antiguas, que se celebra ininterrumpidamente desde el siglo XVI con la participación de más de 2.000 cofrades.
Medina del Campo (Valladolid) fue la primera en representar la Pasión de Cristo por sus calles, instaurada en 1411; ahora 3.000 cofrades acompañan los 14 pasos en silencio.
Más Semana Santa rural
En Jerez de los Caballeros (Badajoz) se recrea cada año la pasión y muerte de Jesucristo, donde lo más curioso son los "Empalaos", unos penitentes que a cara cubierta recrean el Via Crucis.
Y en Galicia acumula dos Semana Santa de Interés Turístico Internacional: la de Viveiro y la de Ferrol.
En Viveiro (Lugo) los pasos cuentan con imágenes articuladas que representan diferentes escenas de la vida de Jesucristo.
En el extremo del país, en El Ferrol (La Coruña) prima la tradición marinera y militar; allí los cofrades se visten con ropas de colores vivos y marchan al ritmo de los tambores y las bandas de música, donde destaca la procesión de los Caladiños.
Estas trece manifestaciones son solo los ejemplos reconocidos de una tradición, la de la Semana Santa rural, que se manifiesta en cada territorio con la idiosincrasia y la personalidad de sus gentes y que, como en todas las primaveras, miran al cielo para saber si podrán cumplir con sus tradiciones al aire libre.