Un hombre comprando carne en un supermercado. EFE/Archivo.JUSTIN LANE

Un hombre compra carne en un supermercado. EFE/Archivo.JUSTIN LANE

Industria alimentaria, motor económico y líder en exportación

Publicado por: agro 26 de junio de 2015

La industria de alimentación y bebidas ha supuesto en estos 25 años un importante motor para la economía española; ocupa el primer puesto como sector industrial en términos de facturación y representa el 2,7 % del PIB.

Arantxa Noriega

Las 29.196 empresas que integran este segmento facturan 90.000 millones de euros, ocupan el cuarto puesto en Europa -sólo por detrás de Alemania, Francia e Italia-, y en el octavo del mundo, según la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). La globalización ha ofrecido a estas compañías la oportunidad para exportar sus productos; hoy venden fuera el 28 % de la producción total.

Hoy se vende fuera el 28 % de la producción total de la industria agroalimentaria

Este sector es un empleador sólido: las 439.675 personas que trabajan en él representan el 20,2 % del empleo industrial y un 2,5 % del nacional. En estas dos décadas y media, la industria alimentaria ha tenido que adaptarse a un nuevo escenario de ahorro a la hora de hacer la compra, a las nuevas políticas de precios y a las últimas novedades tecnológicas; en resumen, ha tenido que asumir retos con el objetivo de satisfacer al nuevo consumidor.

Consumidor en el lineal de un supermercado
Consumidor en el lineal de un supermercado. Foto: Efeagro/ Mònica Faro

Además, ha trabajado para cumplir las recientes normativas que vienen a garantizar las condiciones y calidad de producto -sobre el etiquetado o la estrategia NAOS, destinada a la nutrición y prevención de la obesidad.

Escándalos en el seno de la industria

En la otra cara, han sido portada de los medios de comunicación sonados escándalos financieros, como los casos de los hermanos Salazar en la antigua SOS, el conglomerado empresarial de Nueva Rumasa, o Pescanova, que aún se dirimen en los tribunales. Junto a los fabricantes, las empresas de distribución han tenido que adaptarse también a estos cambios del mercado. Tanto es así que han asistido a un creciente proceso de concentración, fusiones, adquisiciones y expansión internacional como nunca antes conocido.

El sector de la distribución factura en España 87.260 millones de euros, emplea a 365.000 personas y aporta el 2,7 % al PIB español. Los cambios en este periodo han ido afectando al consumo; los españoles han aumentado sus visitas a las grandes superficies y el supermercado, y cada vez menos a las tiendas tradicionales. Y han pasado a buscar los mejores precios, por lo que las cadenas de distribución han creado sus propias enseñas de productos (marcas blancas), más baratas. Además, va ganando terreno la franquicia como modelo de gestión rentable.

Nuevos patrones de consumo

Los hábitos de consumo se han ido tejiendo al hilo de una nueva fotografía social: mientras la mujer se incorporaba al trabajo, el número de hogares unipersonales se multiplicaban y la gente tenía cada vez menos tiempo para hacer la compra y para comer. Poco a poco, el español empieza a preocuparse por su salud y la seguridad de los alimentos a raíz de las crisis alimentarias desatadas en Europa, tales como las ‘vacas locas’.

Nacen términos como la trazabilidad y, desde los organismos y empresas, se trabaja para ofrecer al consumidor la información necesaria sobre los productos y su proceso de fabricación.

En la última década, surgen nuevos segmentos de consumo relacionados con la nutrición (vegetarianos, ecológicos, amantes de los alimentos crudos, sin gluten o artesanos) y aparecen movimientos como la slowfood que vienen a reforzar la cocina local y tradicional.

Legumbres en el mercado de San Miguel. Foto: EFE/ Mondelo.
Legumbres en el mercado de San Miguel. Foto: EFE/ Mondelo.

Los mercados tradicionales, afectados por formatos comerciales más modernos, se reinventan con una propuesta gastronómica vinculada al turismo e impulsan nuevos conceptos que combinan la venta con la degustación, como los de San Miguel y San Antón (en Madrid), la Boquería (en Barcelona) o el Mercado Central (en Valencia).

Nuevos productos, grupos empresariales y formatos de distribución para evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos