Alvaro Larrondo, un joven madrileño aficionado a la fotografía, nos descubre la belleza de distintos parques nacionales de la Costa Oeste de Estados Unidos. Paisajes de una belleza indescriptible que sólo alcanzas a entender si observas con detenimiento las imágenes que él captó con su cámara en el año 2011.
En el año 2011, este joven se embarcó en un road trip junto a cinco amigos recorriendo California, Arizona, Nevada y Utah. Los hermosos parques nacionales que bañan la Costa Oeste de Estados Unidos regalan a los turistas grandes instantáneas para el recuerdo, como las que consiguió captar Álvaro a través de su objetivo.
Álvaro señala que esta zona “ofrece una gran variedad de paisajes a muy corta distancia, desde zonas desérticas y calurosas, hasta montañas llenas de cascadas y vegetación. Se puede apreciar el contraste de matices en los diferentes parques nacionales como el de Yoshemite Park -montañas de un verde intenso- o la reserva india Antilope Canyon o Death Valley -totalmente desértico-.
Recuerda que su afición a la fotografía “viene desde pequeño” ya que -como señala- siempre le gustó “inmortalizar los buenos momentos con una imagen perfecta”. “Hoy en día, con el auge de las tecnologías y las facilidades a la hora de editar las fotos, más aún”, añade.
“La memoria consigue disgregar los detalles, las imágenes los mantiene eternamente”
Estas imágenes son fruto de una aventura por rincones de una gran belleza natural como los parques nacionales de Yosemite Park, Death Valley, Grand Canyon o Ruta 66. De vuelta a casa, aprovechó para recorrer la Highway 1, que sube por toda la costa desde San Diego hasta San Francisco y pasa por las principales playas de California como Santa Barbara o Malibú.
Utilizó una Nikon D5100 ya que, al no dedicarse a la fotografía de manera profesional, demandaba un tipo de cámara de calidad a un precio razonable. “Este modelo era de los mejores que había en el mercado en aquella época”, matiza.
No olvida la sensación de aquel viaje porque dispone de cientos de imágenes que le recuerdan que él estuvo allí, en alguna parte, inmortalizando la aventura. “La memoria consigue disgregar los detalles, las imágenes los mantiene eternamente”, concluye.
“Creo que, a través de mis instantáneas, he sabido captar la esencia de cada lugar”. “Cualquier persona que no haya estado allí podrá imaginarse la espectacularidad que se respira cuando estas coronando esas montañas”. Añade que, a una determinada hora del día, por la luz que regala el momento, consigues una imagen que en pocos lugares se puede ver y, lo más importante, sin necesidad de retoques. “Un claro ejemplo de ello son las cuevas de Antilope Canyon donde da la sensación de estar mostrando otro planeta”, concluye.
Álvaro tiene ya preparada su cámara de fotos porque -según nos dice- está planeando un viaje a Jamaica que, espera, “sea inolvidable”. “Tengo ganas de volver a sentir esa sensación, la de perderme en el mundo y captar su esencia”, concluye.





