Imagen de la Vía Verde de Mar. Foto: cedida por Comunitat Valenciana.

Imagen de la Vía Verde de Mar. Foto: cedida por Comunitat Valenciana.

TURISMO EN COMUNIDAD VALENCIANA

La Vía verde del Mar: seguir el rastro de los raíles con olor a sal

Publicado por: OTP / EFETUR 17 de agosto de 2016

El camino que un día recorría un vetusto ferrocarril a su paso por los municipios costeros de Benicàssim y Oropesa, en Castellón, es hoy una senda acondicionada para ciclistas y peatones largamente apreciada por los vecinos de la zona.

Entre la playa y la montaña, justo frente al mar, el paseo permite seguir el rastro de los raíles mientras el viento trae el olor a sal, en un corto "viaje" de menos de seis kilómetros que permite disfrutar de lo mejor del Mediterráneo.

Aunque hoy parezca increíble, antiguos convoyes circulaban por la zona, de indudable valor medioambiental y paisajístico y con varios tramos con vistas directas al mar, como "colgados" escasos metros por encima del agua, en la ladera acantilada.

Para conocer la explicación hace falta remontarse a mediados del siglo XIX, cuando se construyó la red del tren Valencia-Barcelona. Por aquel entonces, ni las vacaciones en la playa eran una costumbre ineludible como lo son ahora ni la preocupación medioambiental era una cuestión prioritaria.

Imagen de la Vía Verde de Mar. Foto: cedida por Comunitat Valenciana.
Imagen de la Vía Verde de Mar. Foto: cedida por Comunitat Valenciana.

Con los años, el terreno escogido para el paso del tren no estaba preparado para encajar la obra que exigía adaptar el trazado a los nuevos tiempos. Las vías acabaron convirtiéndose en un elemento extraño en medio de la naturaleza, más todavía cuando la modernización de la línea -trasladada a zonas interiores- dejó sin uso varios kilómetros.

No fue hasta 2008 que arrancaron los trabajos para acondicionar la zona, hoy ya erigida incluso en un atractivo turístico para las decenas de miles de visitantes que reciben cada año tanto Oropesa como Benicàssim.

Túneles y miradores al mar

El kilómetro cero de la llamada "Vía verde del Mar" arranca en un lugar mítico de este último municipio: el hotel Voramar, un edificio construido en los años 30 del siglo XX y que se encuentra justo a pie de playa, al lado de algunas de las villas -más bien pequeños palacetes rodeados de jardín- más nobles de la localidad. Siguiendo los pasos del ferrocarril se deja atrás la playa y la arena y uno se adentra en la Sierra de Oropesa, en la parte que discurre junto al mar.

Debido a lo difícil del terreno, la construcción del ferrocarril obligó a levantar dos falsos túneles de pequeño tamaño. Entre ambos, existe la posibilidad de salir de la senda marcada para aproximarse a un mirador desde el que contemplar la costa de Castellón.

Nada más pasarlos se atraviesan las urbanizaciones de Les Platgetes y Torre Bellver. Una vez superadas, una zona de pinar marca el inicio de una fase del camino más agreste y natural.

Apenas se han recorrido dos kilómetros y la vía regresa una vez más al encuentro del mar, y tanto viandantes como ciclistas pueden observar los acantilados en el entorno de la Renegà, que alberga incluso micorreservas naturales.

La zona de la Renegà es en realidad un conjunto de pequeñas calas de roca y arena a partes iguales, rodeadas de vegetación y a las que se puede acceder desde la propia Vía Verde en caso de que el objetivo sea darse un chapuzón.

Otro de los grandes atractivos de esta ruta es la torre vigía de Colomera, declarada Bien de Interés Cultural y que se yergue frente al Mediterráneo desde un lejano 1553. Los historiadores aseguran que desde esta torre -y otras cercanas- se vigilaba y defendía el litoral valenciano de los frecuentes ataques piratas.

También aseguran que este tipo de montículos de piedra se encontraban defendidas por dos soldados a pie y otros dos a caballo, encargados estos últimos de recorrer el camino que separan las torres de los castillos para avisar al grueso de las tropas de la llegada de enemigos.

La senda incluye igualmente un paso por El Bovalar, un largo túnel de cerca de 600 metros iluminado artificialmente, aunque se puede bordear tomando el camino que discurre junto a él y que une las dos bocas del mismo.

Imagen de la Vía Verde de Mar. Foto: cedida por Comunitat Valenciana.
Imagen de la Vía Verde de Mar. Foto: cedida por Comunitat Valenciana.

Ya en el tramo final del recorrido, cuando se llega al casco urbano de Oropesa, viandantes y ciclistas pasan al lado del puerto deportivo, con cerca de 700 amarres disponibles, antes de arribar a la playa de la Concha, donde termina una de las Vías Verdes más emblemáticas del Mediterráneo.

Una oportunidad para disfrutar de una forma diferente de ese mar al que el artista catalán Joan Manuel Serrat rendía homenaje al cantar: "Llevo tu luz y tu olor por dondequiera que vaya... tengo alma de marinero. Qué le voy a hacer, si yo nací en el Mediterráneo.".

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