España tomará medidas excepcionales de contención de la pandemia de coronavirus, después de que las regiones de Madrid y Cataluña extremaran las restricciones de movimiento de personas y ordenaran el cierre de comercios.
“La emergencia social y sanitaria por el coronavirus crea circunstancias extraordinarias” para dotar al Ejecutivo de “poderes extraordinarios”, ha afirmado el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, al anunciar la decisión en una declaración institucional.
Con 120 muertos, más de 4.000 afectados y una cascada de cierres que lleva camino de paralizar España, el Ejecutivo optó por una medida más drástica a fin de dotarse de medios especiales ante una situación excepcional.

La declaración se aprobará formalmente mañana en un Consejo de Ministros extraordinario y busca “movilizar al máximo los recursos materiales para combatir el virus”, ha destacado Sánchez.
Los afectados podrían superar los 10.000
“Estamos solo en la primera fase” del combate al coronavirus y “no cabe descartar” que en la próxima semana los casos de contagio superen los 10.000, ha alertado.
“Tardaremos semanas, va a ser muy duro y difícil, pero vamos a parar el virus“, ha recalcado Sánchez, y por ello ha urgido a los ciudadanos a “seguir a rajatabla las indicaciones de los expertos”, porque “la victoria depende de cada uno” y el heroísmo es también “lavarse las manos y quedarse en casa”.
El jefe del Gobierno, que pidió de nuevo “unidad, responsabilidad y disciplina social”, no detalló aspectos concretos en los que se empleará esta medida, que en principio se aplicaría durante 15 días, tal como establece la legislación española. Una extensión requeriría la aprobación del Congreso.
Se trata de la segunda vez que se declara el estado de alarma en España desde el retorno de la democracia tras la dictadura franquista y el único precedente fue en diciembre de 2010 por una huelga no anunciada de los controladores aéreos.
70.000 confinados y cierre de comercios
Además, cuatro poblaciones de la provincia de Barcelona fueron aisladas por las autoridades, lo que ha confinado a sus 70.000 habitantes, con agentes de la policía regional vigilando las salidas de la zona.
El bloqueó se decidió después de detectarse un brote en un hospital de la ciudad de Igualada, con tres muertos y 58 infectados, y también unos 200 sanitarios aislados por posible contagio.
Además, la policía regional catalana (Mossos d’Esquadra) trabaja con escenarios como un “cierre global” en Cataluña si avanza la crisis sanitaria.
La rápida expansión del virus desde el lunes pasado ha propiciado drásticas medidas que llevan camino de paralizar el país, con la suspensión de la actividad en casi todos los centros educativos, culturales y deportivos, mientras aumentan los llamamientos a que los ciudadanos se queden en sus casas.
Además, las regiones de Madrid y Cataluña anunciaron hoy el cierre a partir de mañana de todos los establecimientos comerciales excepto los que vendan alimentos y las farmacias con el fin de garantizar el suministro de estos productos básicos.
La región del País Vasco decretó por su parte el estado de “emergencia sanitaria”, que permite adoptar medidas excepcionales como confinar a personas en sus domicilios y limitar el acceso a zonas de peligro de infección.
Los cierres en las zonas más afectadas se fueron expandiendo a otras menos golpeadas, y así la región de Valencia ordenó el cierre de todas las actividades culturales, deportivas y de ocio, así como de los centros de día para ancianos.
El estado de alarma podría permitir al Gobierno, entre otras acciones, limitar los movimientos de personas o intervenir “locales de cualquier naturaleza” como pueden ser los hospitales privados, ante la saturación que sufren los hospitales en Madrid, la región más afectada con más de la mitad de los contagios.
Según la legislación, el estado de alarma se puede declarar ante diversas circunstancias, entre ellas “crisis sanitarias tales como epidemias y situaciones de contaminación graves”.