El Siglo de Oro Español no sólo nos ha dejado algunas de las mejores obras de nuestra literatura. También sirve de excusa para recorrer algunos de los rincones de Madrid por los que un día pasearon grandes literatos como Miguel de Cervantes, Luis de Góngora o Francisco de Quevedo.
En los siglos XVI y XVII, el castizo Barrio de las Letras se convirtió en el epicentro de la vida literaria del país. Desde Cervantes a Lope de Vega, pasando por Tirso de Molina y Calderón de la Barca, los mejores literatos del momento vivieron alguna vez en este barrio que se extiende en torno a la calle Huertas.
La Plaza de Santa Ana (que hoy alberga las estatuas de Calderón de la Barca y Federico García Lorca) se convirtió en el epicentro cultural de una época en la que las corralas de vecinos acogían representaciones teatrales, tal y como ocurría en el popular Corral de la Pacheca. Las obras de Calderón de la Barca y Lope de Vega se hicieron populares en este emplazamiento que hoy acoge el Teatro Español.
La calle Huertas es heredera de la animación cultural de todo el Siglo de Oro, pero, al mismo tiempo, guarda los resquicios de la época de mayor esplendor de la Literatura española. En la Iglesia de San Sebastián se guardan las partidas de nacimiento de personajes como Ramón de la Cruz, los registros del matrimonio de Larra, Zorrilla o Bécquer y el acta de defunción de Lope de Vega, que está enterrado allí mismo.
El Barrio de las Letras nos permite recorrer los lugares en los que habitaron, convivieron y encontraron inspiración los más grandes autores de la Literatura española
Los restos de Cervantes también descansan en esta misma calle. El antiguo Convento de las Trinitarias, hoy una de las sedes de la Universidad de Alcalá de Henares, fue el lugar escogido por el autor de “El Quijote” para su enterramiento, debido a la estrecha relación que le unió a esta congregación después de que las Trinitarias pagaran su liberación de las mazmorras argelinas donde pasó cinco años de cautiverio.
La casa en la que vivió Quevedo, que anteriormente perteneció a su archienemigo, Góngora, el hogar de Cervantes o fragmentos de algunas de sus obras inscritos en la propia calle son algunos de los elementos que nos recuerdan que en las mismas calles donde hoy salimos de compras o a tomar una caña, un día habitaron, convivieron y encontraron inspiración los más grandes autores de la Literatura española.
Casas Museo
En un lugar de La Mancha…, bueno, mejor dicho, de Alcalá de Henares, encontramos el Museo Casa Natal de Cervantes, un museo monográfico dedicado a la figura del alcalaíno más universal.

El museo recrea los diferentes ambientes de una casa acomodada de los siglos XVI y XVII, para acercar al visitante al día a día de esa época.
El edificio se encuentra situado en plena Calle Mayor de Alcalá de Henares. En la entrada, unos amistosos Quijote y Sancho dan la bienvenida al visitante sentados en un banco en el que es posible sentarse para retratarse junto a los protagonistas de la novela cervantina.
Los fondos bibliográficos del museo acogen joyas como la segunda edición de “El Quijote” o una cuidada edición de las hazañas del ingenioso hidalgo realizada por la Real Academia Española en 1780. Lope de Vega, otro inmortal de nuestras letras, también cuenta con su propia Casa Museo. El edificio, en pleno Barrio de las Letras, está ubicado, paradójicamente en la calle Miguel de Cervantes.
“Mi casilla, mi quietud, mi güertecillo y estudio“. Así definía Lope de Vega su hogar madrileño durante los 25 últimos años de su vida. Para recrear el ambiente en el que él habitó, se conservan obras de arte, mobiliario y enseres vinculados al escritor y a su tiempo.
En resumen, las casas museo permiten realizar un viaje al momento histórico en el que se gestaron algunas de las mejores obras de nuestra literatura.