Seis de cada diez consumidores afirma que lo más importante es poder comprar lo más barato posible, pero la calidad, la salud y la sostenibilidad se mantienen como motivaciones para gastar un poco más, en un contexto en el que suben las ventas premium; ha llegado la polarización del consumo.
Tras meses de subida de precios agravadas por la guerra en Ucrania y cuando la mayoría de los consumidores asegura recordar cuánto paga por cada artículo en el súper, la confianza se convierte en pieza clave para captar y entender a un cliente que se adapta a su propio IPC y aprende a comprar en este contexto.
La pandemia aceleró la preocupación de los consumidores por conocer cómo se producen los alimentos que llevan a sus mesas, una realidad a la que se está respondiendo con nuevas normativas a todos los niveles y con el intento del sector de aportar información clara y sencilla para mejorar su confianza.
La covid-19 y sus consecuencias económicas han provocado cambios de calado en el consumidor respecto a cómo era antes de la pandemia: hacer más compras por internet, priorizar las tiendas cercanas, valorar la seguridad y restringir el gasto son los rasgos que marcan la “nueva normalidad”.
La industria alimentaria ha colocado en el centro de su actividad en materia de innovación conocer mejor los gustos de un consumidor preocupado cada vez más por la salud, que quiere productos fáciles de preparar y que respondan a criterios de sostenibilidad.
El centro tecnológico Eurecat participa en el proyecto CONOCE, que aplicará tecnologías disruptivas en el ámbito de la neurociencia a fin de desarrollar productos alimentarios innovadores adecuados a las necesidades y preferencias del consumidor.
El pasado 1 de julio entró en vigor el Real Decreto por el que se obligaba a los comercios a cobrar por las bolsas de plástico. Varios expertos analizan el efecto que ha tenido la medida.
Veritas, una de las pioneras en implantar el modelo de cadenas de supermercados en ecológico, prevé diez nuevas aperturas en 2018 y continuar con su “vocación” de “ayudar a comer mejor a las familias” y acercar el producto bio a los consumidores.
El limitado papel de las cooperativas y el aumento de precios de los insumos diezma la renta de los agricultores griegos. Además, de elevan los precios al consumidor heleno.
La industria alimentaria convencional busca vías de diferenciación y recuperar facturación y cuota de mercado con su entrada en el sector de los alimentos ecológicos. Así lo asegura el director de Eco-Logical, Diego Roig.
La compañía ha apostado para ello por implementar un modelo de “marca única” que reduce las diferencias a nivel de envase entre unas y otras.
Los consumidores españoles son más exigentes que en el pasado a la hora de llenar la cesta de la compra y están más preocupados por tener información de los ingredientes y el origen de los alimentos, para lo que reclaman un mejor etiquetado.
Un estudio revela que la deficiente información del consumidor sobre las ventajas del virgen extra frente a otras gamas de menor calidad le induce a creencias negativas sobre sus virtudes y deprecia su valor,
El gran reto de la investigación es reconquistar al consumidor a través del paladar. Lograr que el sabor sea singular y que el consumidor lo aprecie.
España volverá a pedir hoy a la Unión Europea (UE) medidas adicionales de apoyo al sector hortofrutícola, así como el incremento de los precios de intervención de la leche frente a las crisis de mercado en esos dos sectores, informaron fuentes europeas.
El consumidor puede jugar un papel importante en el cambio del actual sistema agrícola industrial, “insostenible a largo plazo”, y debe “tomar conciencia de la mochila ecológica de su dieta”, porque su decisión de compra es relevante y puede implicar cambios paulatinos en los procesos productivos.
