Tres proyectos de la industria cárnica han obtenido unos 27 millones de euros en ayudas del Proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte) del sector agroalimentario con el fin de avanzar en la reducción de la huella de carbono y la digitalización.
Así lo ha explicado este lunes el director de la Oficina de proyectos Next Gen Agro de la consultora Llorente y Cuenca (LLYC), Fernando Moraleda, que ha contribuido a la presentación de esos tres grandes proyectos en la convocatoria de ayudas financiadas por los fondos europeos de recuperación Next Generation.
Moraleda ha destacado la importancia de hacer efectiva “la colaboración público-privada que exigía el Perte”, un camino que “tiene que seguir recorriéndose en los próximos años”, y ha apuntado que ese tipo de proyectos son “imprescindibles” porque introducen innovación, adelantan la digitalización en el sector industrial español y favorecen una economía más sostenible.
Las iniciativas que han obtenido las ayudas se componen de 76 proyectos primarios de un total de 57 empresas españolas (31 grandes y 26 pequeñas y medianas) en once comunidades autónomas, con una inversión total de más de 120 millones de euros.

Una de ellas es Carnity, liderada por el grupo Argal, que recibirá 13,1 millones de euros con la intención de potenciar la innovación para la transición ecológica y digital de la industria cárnica estatal y su cadena de valor asociada.
Unos 8,5 millones de euros se destinarán a la agrupación Meatway, al frente de la cual está el grupo Vall Companys, con vistas a la modernización de los sistemas de trazabilidad, seguridad alimentaria y gestión de la calidad en la cadena de valor del sector porcino, vacuno y avícola.
El tercer proyecto es Inno Meat, liderado por la empresa Noel, que contará con unos 5,5 millones de euros, de acuerdo con la propuesta de resolución provisional publicada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
En esas tres iniciativas participan también otras compañías referentes del sector ganadero y cárnico como Corporación Alimentaria Guissona, La Comarca Meats, Facsa Missa, Famadesa, Fribin, Matadero de Guijuelo, Señorío de Montanera y Moralejo, según la consultora LLYC.
Menos huella de carbono y más digitalización
El objetivo de la industria cárnica es reducir la huella hídrica y de carbono mejorando la eficiencia energética, el consumo eléctrico a partir de fuentes renovables, el uso de nuevos materiales más sostenibles y la reducción del plástico, las pérdidas y el desperdicio alimentarios.
Además, se busca la digitalización y automatización de la cadena de valor por medio de proyectos que desarrollen estructuras comunes de información para fortalecer los sistemas de trazabilidad, la seguridad alimentaria y la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) para potenciar la competitividad, dinamizando la actividad económica y la creación de empleo en zonas rurales.
El pasado viernes, el Ministerio adjudicó 161,5 millones de euros, entre subvenciones y préstamos a interés cero, a 281 proyectos que pretenden modernizar, mejorar la sostenibilidad y digitalizar la industria agroalimentaria.
Moraleda ha señalado que ese monto forma parte de los 510 millones de euros de ayuda pública con fondos europeos que no han sido totalmente ejecutados y ha pedido que se flexibilicen las normas para que las empresas que desean invertir en sostenibilidad y digitalización encuentren recursos públicos para llevarlo a cabo.
En ese sentido, ha considerado necesario que se reconozcan como admisibles las solicitudes de empresas individuales y no necesariamente bajo la fórmula de un consorcio con pymes, de forma que no se excluya la entrada de inversiones de grandes compañías ya que luego estas “terminan permeando” hacia las pequeñas y medianas.
En los tres proyectos aprobados para el sector cárnico, la intensidad de las ayudas solicitadas va del 51 al 66 % del total de la inversión, un porcentaje “enorme” comparado con toda la red de ayudas públicas a la industria, según Moraleda.
El total de esas ayudas suma 67 millones de euros (casi 40 millones en forma de subvención y 21 millones como préstamo), a lo que se añade la financiación privada de 53,6 millones aportados por las empresas.