Los productos de panadería, bollería y pastelería elaborados con masas congeladas registraron un nuevo repunte en 2015 y siguen ganando terreno. Cifras positivas en facturación (+4,4 %) y en volumen (+3,2 %).
Desde hace más de 20 años, las empresas españolas de este sector han mostrado un gran dinamismo: aplicando la última tecnología disponible y atentos a las nuevas formas de consumo de la población.
La industria española de masas congeladas de panadería, bollería y pastelería cerró 2015 con cifras positivas tanto en facturación, con 1.173 millones de euros (+4,4 % respecto a 2014), como en producción, con casi 880.000 t (+3,2 %), según previsiones de ventas del presidente de Asemac, Felipe Ruano.
Ha resaltado que la proliferación de franquicias de panadería y cafetería han ayudado a elevar las ventas de la bollería, que ya no sólo es dulce (cruasán, napolitana…), sino también salada, y tiene cada vez más público, sobre todo en las grandes ciudades.
Asemac, antes asociación española de masas congeladas, es la Asociación española de la industria de panadería, bollería y pastelería, que tiene una representatividad del 92 % del total de la producción de masas congeladas del país.
En una entrevista con Efeagro, Ruano ha detallado que, aunque el grueso de las ventas se corresponden con el pan -736.000 toneladas, (+2,5 % frente a 2014) y un valor de 786 millones de euros, (+3,5 %)- destaca la evolución de la bollería -mayoritaria- y pastelería (143.000 toneladas, +7 % y una facturación de 387 millones de euros, +6,4 %).
En este sentido, Ruano ha señalado que el cada vez mayor consumo de bollería, dulce o salada, para llevar y consumir al momento, es otra de las tendencias que “ha llegado para quedarse” y potencia estas ventas por la rapidez e inmediatez de su consumo. Un artículo cada vez más consumido y demandado en las grandes ciudades y que va dirigido a un consumidor, básicamente, “urbano”.
Las empresas amplían su gama de productos elaborando artículos que ofrezcan raciones individuales y con un formato que “resulte fácil de comer mientras estamos de pie o andando por la calle“. Son productos de dimensiones pequeñas, en torno a 120 gramos la unidad, ha detallado Ruano.

En el caso del pan -con una caída generalizada del consumo de entre un 2,5 %-, Ruano ha valorado que “aumentamos”, en referencia al pan de masa congelada, “a pesar del descenso del sector”, y ha cogido, por tanto, “más cuota de mercado”.
También en este caso, las franquicias de restauración o la distribución (hipermercados y supermercados), que quieren ofrecer el mismo producto en sus establecimientos a sus clientes aunque sea en ciudades distintas, han ayudado a mantener las ventas del pan congelado que se hornea en el punto de venta.
Según Ruano, por ello “siempre aumentamos”, porque el sector “comprometido con la tecnología, la innovación, siempre saca productos nuevos” y el volumen de las empresas “nos ayudan a captar más clientes que necesitan productos idéntico en todo el país”.
Asemac se constituyó en 1990, año en el que la producción sectorial se situó en torno a 22.000 toneladas de producto y una facturación de 42 millones de euros, por lo que su crecimiento ha sido exponencial, si se compara con los 1.137 millones de euros de 2015, gracias a la venta de 880.000 toneladas de producto de masa congelada.