A pocas semanas de volver a la rutina de los deberes, las mochilas cargadas y los madrugones, hay que aprovechar esta última oportunidad que nos brinda el verano para disfrutar de unas vacaciones en compañía de los peques, al tiempo que les ayudamos a abrir su mente a nuevos aprendizajes.

El parque busca convertir en aventura el viaje en el tiempo que supone descubrir no sólo a los habitantes de la Tierra hace millones de años, sino que también nos retrotrae al origen del Universo a través de un vehículo repleto de efectos especiales.
En un total de 3.000 metros cuadrados de exposición, el museo acoge fósiles auténticos de todas partes del mundo, réplicas de dinosaurios, recreaciones virtuales, imágenes en 3D y juegos.
Una de las piezas más espectaculares es el esqueleto del Turiasaurus, de cuarenta metros de envergadura y cuarenta toneladas de peso. En la Sala de los Dinosaurios se pueden contemplar, además, réplicas a tamaño real de las especies de dinosaurio más conocidas.
Pero las posibilidades del Museo Paleontológico de Teruel van más allá de los dinosaurios: el mundo acuático o los mamíferos son otros de los ámbitos a los que presta atención este centro que busca innovar en la presentación de sus fondos con propuestas como la “Paleosenda“, una instalación que combina juegos de madera y agua y circuitos de habilidad para hacer sentirse a los visitantes como auténticos paleontólogos.
Los museos se acercan a los niños
Los mejores museos del mundo, por su parte, cuentan con programas especialmente diseñados para que los niños se aproximen de una forma original y divertida a sus colecciones. Durante el verano, la agenda de actividades es todavía más intensa para sacar a las vacaciones todo el provecho posible.
En la Tate Modern de Londres, todos los fines de semana (y los jueves y viernes durante las vacaciones escolares) existe un programa de talleres inspirados en artistas o en obras que van variando a lo largo del año. Este verano, se inspira en las creaciones de la exposición temporal sobre arte africano contemporáneo e invita a los participantes a crear sus propios collages con esta temática como telón de fondo.
Los museos tratan de acercar sus fondos a los niños con charlas explicativas y talleres para que den rienda suelta a su creatividad
Otras de las interesante propuestas de la Tate son consejos para que las familias saquen el máximo partido a su visita al museo, una completa propuesta de actividades para animar a los niños a iniciarse en el mundo del arte y una página web pensada para que los peques aprendan a disfrutar del arte.
En el Museo Van Gogh de Ámsterdam, el interés por hacer llegar la obra del autor a los niños es tal que la pinacoteca permite celebrar cumpleaños infantiles en sus instalaciones. Los miércoles es el día reservado para esta actividad que, tras un recorrido por el museo junto a un guía, invita a los niños a crear sus propias obras de arte.
El MoMA de Nueva York, el Reina Sofía o el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona son otras de las galerías que han incluido en sus agendas actividades para niños y familias.
Diversión a medida
Actividades lúdicas aparte, a veces lo complicado no es encontrar la mejor manera de entretener a los niños, sino dar con el viaje adecuado para que no nos veamos superados por la logística que implica sacar a toda la familia de casa.
Agencias como Catai Tours han hecho hueco en su catálogo a aquellos que viajan con niños. Los destinos e itinerarios se diseñan para que también ellos disfruten del descubrimiento y los conocimientos que se aprender al viajar a otros lugares. Es el caso, por ejemplo, de un viaje por Kenia para conocer al Rey León o China, con un título tan sugerente como “Kung-fu y pandas“.
Pero si hay una estrella en los viajes pensados para niños, esa es la posibilidad de viajar a Laponia para conocer el hogar de Papá Noel. Una propuesta que, por extraño que suene, también está abierta en verano.