Un trabajador en una pastelería de Madrid. Efeagro/Fernando Alvarado

Un trabajador en una pastelería de Madrid. Efeagro/Fernando Alvarado

CORONAVIRUS ALIMENTACIÓN

La fiebre por la levadura toma por sorpresa a la industria

Publicado por: EFEAGRO/Belén Delgado 1 de mayo de 2020

La fiebre por la repostería casera para sobrellevar la cuarentena ha hecho escasear la levadura en muchos supermercados, una presión inusual a la que la industria ha reaccionado funcionando al máximo de su capacidad y tomando en cuenta otros recursos.

Niños y adultos se han lanzado a elaborar bizcochos, tartas y otros postres en sus casas con la intención de pasar un momento dulce en medio del confinamiento general decretado a mediados de marzo para hacer frente a la pandemia del coronavirus.

Desde entonces los ingredientes relacionados con la repostería han protagonizado algunos de los mayores incrementos de ventas en los supermercados, hasta el punto de que en muchos de ellos sus estantes han aparecido vacíos.

Según datos de la consultora Nielsen, la demanda de levadura se ha triplicado en las primeras semanas de reclusión, mientras que la de la harina se ha duplicado respecto al mismo periodo de 2019.

Un bizcocho hecho con levadura Royal. Efeagro
Un bizcocho hecho con levadura Royal. Efeagro

En el caso de la levadura Royal, marca del grupo Mondelez que tiene una cuota de más del 70 % de mercado, su director de Marketing, Adolfo Torre, reconoce en declaraciones a Efeagro que han tenido roturas de “stock” a nivel nacional, ya que “la demanda ha sido más grande de lo que cualquiera hubiera estimado ‘a priori'”.

“Estamos haciendo todo los posible para abastecer la demanda”, asegura Torre, que detalla que su fábrica de Montornès del Vallès (Barcelona) ha pasado de operar cinco días a la semana a hacerlo los siete en tres turnos.

Son 24 horas diarias de actividad que solo se interrumpen para llevar a cabo las debidas medidas de mantenimiento, higiene y controles de seguridad alimentaria.

La de Barcelona es la única fábrica de Royal en Europa, donde solo tiene el negocio de levadura en España y Portugal.

El responsable cuenta que, durante los primeros días, pudieron abastecer el mercado con producción, clientes y existencias pero, cuando estas últimas se agotaron, se produjo cierto desabastecimiento y ahora “están haciendo lo posible para recuperar”.

Cambio de hábitos

Los sobres de ese tipo de levadura química ya solían encontrarse en muchas despensas, si bien los cambios en el estilo de vida de los últimos años han ido restando espacio a los planes de familia con los niños en casa, según Torre.

En su opinión, el confinamiento ha puesto a la sociedad “como hace 50 años”, una situación en la que la repostería funciona en parte como entretenimiento.

Desde la Asociación Española de Fabricantes de Levadura (AFLE), su secretario general, Ramón Sánchez, coincide en que numerosas familias han descubierto una “nueva actividad en casa”, la de hacer pan y dulces sin necesidad de salir a comprarlos fuera, minimizando así la posibilidad de contagio.

“El incremento del consumo en el hogar tiene carácter coyuntural, ya que la parte más estructural está marcada por el impacto de la pérdida del turismo y del canal horeca (hostelería, restauración y cafeterías)”, apunta Sánchez.

Diferencias entre levaduras

En el mercado español, se producen unas 50.000 toneladas anuales de levadura natural, formada por microorganismos y diferente de la química, compuesta de bicarbonato sódico.

Solo un 2 % de esa producción va destinada a los supermercados y el 98 % restante, a las industrias de segunda transformación, como las que fabrican pan, pastelería o bollería.

“No hay problema de cultivo de levadura en España”, sostiene el representante de AFLE, que agrupa a tres compañías que operan en el mercado ibérico.

El también director de la Interprofesional de Cereales Panificables y Derivados (Incerhpan) resalta que han visto multiplicarse por dos la demanda de los hogares durante unas semanas, un incremento puntual que “no compensa” la caída de la otra parte de las ventas como consecuencia del cierre del canal horeca.

Admite que la mayor demanda en los supermercados “ha metido más presión a la cadena logística”, después de lo cual el suministro “se ha normalizado”.

Además, el sector dispone de una alternativa en caso de escasez: igual que las industrias les compran levadura líquida para dosificarla más fácilmente, las empresas también pueden cambiar su presentación deshidratando el producto y envolviéndolo para su venta al público. “Las empresas que cultivan levadura están capacitadas, son productos muy similares”, sentencia.