La intención del Gobierno de equiparar de forma progresiva los cigarros electrónicos con nicotina al tabaco ha provocado en el sector el temor a la aparición de un mercado negro que facilite el acceso a este producto a los más jóvenes.
La intención del Gobierno de equiparar de forma progresiva los cigarros electrónicos con nicotina al tabaco ha provocado en el sector el temor a la aparición de un mercado negro que facilite el acceso a este producto a los más jóvenes.
Empresas del sector del vapeo han visto cómo la crisis de imagen que vive el cigarrillo electrónico ya afecta a sus ventas en España, lo que ha provocado el cierre de cerca de 40 tiendas y la salida de más de 400 trabajadores, y aseguran que el descenso de su consumo está detrás del repunte del tabaco.
Las grandes tabaqueras libran a nivel mundial una lucha cada vez más encarnizada por posicionarse en un segmento hoy pequeño pero pujante, el de los “productos de nueva generación” alternativos al cigarrillo, con España como escenario de una batalla clave para el futuro del sector.
Convertido ya en una de las “start up” más exitosas de la historia y con sus fundadores erigidos en multimillonarios, el cigarrillo electrónico Juul llega a España tras su bombazo en ventas en EEUU, celebridad empañada por las críticas de quienes les acusan de favorecer su consumo entre los jóvenes.
La tabaquera Imperial Brands apuesta por el cigarrillo electrónico y ha creado una filial en España especializada en productos para vapear, un sector que espera crezca a nivel mundial en los próximos años y que le genere 34.500 millones de euros en 2025, casi cuatro veces más de lo que le supone hoy.
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han recomendado a los ciudadanos no consumir dispositivos susceptibles de liberación de nicotina (cigarrillos electrónicos), ni productos de tabaco por calentamiento (sin combustión) por existir riesgos para la salud.
El Congreso de los Diputados ha convalidado el Decreto-Ley que completa el proceso de transposición de la directiva comunitaria sobre tabaco, y que afecta sobre todo a los cigarrillos electrónicos y prohíbe el tabaco de uso oral.
Tres de las cuatro grandes multinacionales a nivel mundial apuestan por estos nuevos productos que suponen una revolución -aún en ciernes- y un desafío a nivel normativo, sanitario y fiscal.
La Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE) critica la prohibición de la venta de sus productos por internet y considera “contradictorio” que se comercialice el cigarrillo electrónico en farmacias.
En los últimos años, el escenario de la industria del tabaco ha sufrido varios cambios: el contrabando, la crisis y la hiperregulación se añaden al resurgir de nuevos productos como el cigarrillo electrónico o los chicles de tabaco que vienen a competir con el cigarrillo convencional.
El sector del cigarrillo electrónico ha pedido un sistema de venta en establecimientos autorizados como el de los estancos.