Después de una temporada de verano con contención en el gasto pero con afluencia, la restauración mira al final del curso pendiente de la estabilidad política y de la creación del empleo para mantener el gasto de los consumidores en los bares y restaurantes.
Así lo ha indicado el secretario general de la asociación Hostelería de España, Emilio Gallego, en la presentación de un informe realizado por la consultora de datos Delectatech en el que se han analizado los datos de afluencia y consumo durante el verano en la restauración.
Gallego ha recalcado que la previsión del final de año en el sector de la hostelería depende de la “estabilidad” política y de que se mantengan los datos de creación de empleo, a la vez que ha alertado de que “una subida de impuestos” sería “terrible” para el consumo.
En una radiografía de los consumidores, resalta la “diversificación” del turista, con una pérdida de la estacionalidad, marcada por el clima y el aumento de la población jubilada, que acude de forma menos concentrada en el año estos establecimientos.
También ha compartido esta visión durante la presentación del informe el Secretario General de Food Service Institute, Javier Rueda, y el Director General y Ejecutivo de FedisHoreca y Adiscat Jordi Turmo.
Este último ha advertido de que el sector de la restauración venía de un año “eufórico” en el que la contención del gasto y la capacidad de ahorro de los consumidores durante el 2020, año marcado por la pandemia de la covid-19, se volcó en un mayor gasto durante el año pasado.
Ahora bien, los datos de lo que va año y, en especial, del verano, muestran una mayor contención en el gasto de los consumidores en bares, ha anotado.
El responsable de Food Service Institute ha calificado como “clave” los próximos datos de empleo en relación a la capacidad de gasto de los comensales y ha aprovechado para señalar el incremento de la visita de un tipo de turista que “gasta mucho”.

Durante la presentación del informe se ha expuesto el balance del sector de la restauración los meses del verano; el análisis se ha realizado a través de la captación de datos de unos 250.000 establecimientos y de 80.000 comentarios en internet.
En general, durante el verano ha habido más establecimientos que han aumentado su ocupación media respecto al 2022, aunque el gasto de los comensales ha sido más “cauto”, según señala el informe.
Al detalle, los locales más caros alcanzaron su techo de precio, mientras que los más baratos tuvieron un mayor margen en el incremento de los precios.
El promedio de gasto desde el comienzo del verano en junio hasta el mes de agosto ha sido de 24,21 euros este año y de 24,90 durante el pasado año.