El encarecimiento de la energía y de materias primas como el aceite de girasol, la leche, los huevos y el azúcar ha elevado esta Semana Santa el precio de las torrijas hasta un 20 % de media, según las previsiones del gremio de pasteleros artesanos de España.
En esa misma horquilla subirá de precio otro de los dulces típicos de estas fechas, los buñuelos de cuaresma, ha expresado a Efeagro la directora gerente de la Confederación Española de Empresarios Artesanos de Pastelería (Ceeap), Loli López.
El gremio está pagando este año un 40 % más por el aceite de girasol y casi un 32 % más por el azúcar, dos de los ingredientes básicos y necesarios para la elaboración de casi todos los dulces, ha explicado.
El presidente de la asociación de pasteleros artesanos de la Comunidad de Madrid (Asempas), Juan Antonio Martín, ha enfatizado que en su región “lo mínimo” que ha subido el precio de la torrija ha sido ese 20 % que estima la Ceeap.
Este porcentaje es un valor promedio, pues el precio varía mucho en función del producto que elabora cada pastelería, que responde a diferentes tamaños y pesos.
Según Martín, en la Comunidad de Madrid una torrija cuesta este año entre 3,80 y 4 euros, mientras que el año pasado se encontraba alrededor de 3,60 euros.
TORRIJAS DESDE FEBRERO
Aun así, la previsión de ventas de la Ceeap es “positiva” respecto a los años anteriores, entre otros motivos porque se ha adelantado la venta de los productos típicos de Semana Santa al mes de marzo, e incluso a febrero.
En la Comunidad de Madrid, que es donde más torrijas venden, también son optimistas y la previsión de sus pasteleros artesanos es despachar este año entorno a los siete millones de unidades, frente a los cinco millones del año pasado.
Martín ha explicado que el año pasado se quedaron cortos al anunciar sus previsiones y que “la torrija artesana cada día tiene más clientes”, de ahí las buenas estimaciones que realizan para esta campaña.
Tampoco les preocupa la competencia de las torrijas industriales que puedan vender las cadenas de supermercados a un precio más asequible, pues consideran que la torrija, al ser un “producto frito y con leche, admite mal la congelación” para poder comercializarse con éxito en la distribución.
La Asociación Española de la Industria de la Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac) ha indicado a Efeagro que “los dulces típicos de Semana Santa van a verse irremediablemente afectados por la inflación en el coste final del producto”, aunque considera que las ventas van a ser “positivas” gracias al turismo.

BARTOLILLOS Y MONAS DE PASCUA
La torrija es “el plato que más se identifica con Madrid y su Comunidad”, a juicio de expresidente de la Real Academia de Gastronomía, Rafael Ansón, pero no el único, y las cerca de 600 pastelerías artesanas de la región prevén vender en estas fechas unas 900.000 monas y huevos de Pascua, además de pestiños y bartolillos, aunque sobre estos no tienen una previsión de ventas.
Los bartolillos se componen de una masa crujiente muy fina en forma de triángulo rellena de crema pastelera, explica una de las pastelerías más conocidas de la capital, La Mallorquina.
Sobre su origen hay tres diferentes teorías, según relata esta pastelería: una que señala que fueron los romanos quienes lo introdujeron, otra que habla de que la receta vino de la época de Al-Andalus, y una última que argumenta que proceden de los conventos.
Más típico de Cataluña, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares son las monas o figuritas y los huevos de pascua.
El Gremio de Pastelería de Barcelona confía vender más de 700.000 monas artesanas, una cifra muy similar a la de 2022, cuando ya se recuperaron los datos prepandemia, y no prevé incrementos de precios.
Su presidente, el pastelero Antoni Bellart, ha apuntado que aunque el chocolate de calidad que se utiliza se haya encarecido alrededor de un 17 %, “no pueden mover los precios”.
Bellart se ha mostrado confiado en que la campaña de Pascua será un éxito porque “regalar la mona es una tradición muy arraigada y prácticamente no varía”.
La existencia de la mona como pastel tradicional del día de Pascua está documentada desde el siglo XV y su nombre provendría de “munna”, término árabe que significa “provisión de la boca”.
Parece que, en un inicio, se hacía con pasta de pan como base, tenía forma de roscón y simbolizaba que la Cuaresma y sus abstinencias habían acabado; y posteriormente se empezaron a poner huevos duros pintados.
